(Recomendamos leer este texto mientras escucha Closer To Heaven de Rodney Crowell ).
Acompañado de sonrisas cariñosas, uno ha disfrutado de su aniversario en Plasencia. Amigos, personas cercanas, me escriben, me obsequian, me regalan un cuadro y me envían canciones sugerentes. Como para no quererlos, como para no gozarlos.
Mirar afuera y adentro, alrededor y arriba en la Catedral placentina siempre conforta, sobre todo en determinados estados melancólicos. Esa contemplación sublima los sentimientos y renueva la alegría.
Me llevan a ver la Iglesia de San Martín. Un ejemplo del románico tardío de lo más añejo de esta ciudad. Es una pequeña iglesia por fuera que se hace enorme por dentro cuando se admiran las pinturas que callejean el Retablo Mayor, las del extremeño Luis de Morales.
Maravillarse con esas obras de arte en tu aniversario, poder disfrutar de ellas siempre que se quiera, es espléndido para los sentidos, esos que me llevan cerca del cielo.
Uno que es muy normalito, que no le gustan las colas ni las playas petadas de personal ni el cotorreo, que rechaza a los violentos, que le gusta la música, también el vino que bebe despacio, que venera la amistad y a los ancianos, que quiere a las personas y ama a su hijo, anda por la vida observado las bóvedas de la Catedral y las más pequeñas -no por ello menos hermosas- de San Martín.
La sencilla musicalidad de Rodney Crowell, con todo lo que dice en su canción “Closer To Heaven” me ayudó a disfrutar de ese día, cumpliendo años más cerca del cielo.
Publicado: 24 julio de 2015