En Extremadura también se puede correr delante de los toros en las calles de una ciudad amurallada. Un encierro, el de los ‘sanjuanes’ de Coria, que arranca la noche del 23 de junio y se repite con intensidad y auténtica pasión durante siete días por los mozos entre el bullicio de los vecinos y la curiosidad de los visitantes en el recinto amurallado de la ciudad.
Una tradición que es desde 1976 de Interés Turístico con Carácter Honorífico, que es más que una fiesta para los corianos porque encierra sentimientos, una forma de vida y una manera de entender la diversión y que cumple con todo un ritual.
Todo arranca oficialmente la noche del 23 de junio con la quema del capazo en la plaza de España y el jolgorio y el baile alrededor del fuego purificador dan el pistoletazo de salida a una fiesta que es la seña de identidad de esta localidad, centro del Valle del Alagón en el norte de Extremadura.
Vivir los ‘sanjuanes’ de Coria es sumergirse en una tradición viva, en una fiesta legendaria, en un ritual ancestral. Pero también es charanga, pasacalles, conciertos, música a pie de calle, juegos infantiles, comidas compartidas, cañas en las peñas… Diversión al servicio del patrimonio cultural inmaterial que constituyen ‘los toros de Coria’.
El chupinazo anuncia los ‘Sanjuanes’ de Coria
Todo se empieza a organizar once meses antes bajo la responsabilidad del abanderado de las fiestas, que tiene que ser un miembro de la corporación municipal elegido en un pleno que se celebra en el mes de julio del año anterior, y que se presenta durante la celebración del Corpus Christi con un acto oficial en el salón de plenos. El pregón, el chupinazo y la degustación de gazpacho, ponche y perrunillas con las que el abanderado agasaja a sus paisanos denotan que el 24 de junio está más cerca. Una gala emotiva donde las reinas y damas juveniles e infantiles y los abanderados de las peñas comparten protagonismo a partes iguales.
Suelta de doce toros por las calles
Pero el protagonista absoluto de los ‘sanjuanes’ es, sin embargo, el toro. Hasta doce astados recorren las calles del recinto intramuros durante las madrugadas y las tardes festivas marcando la vida de Coria durante siete días. El consistorio suelta cada año siete a los que se suman los cinco restantes que incorporan las peñas de la Junta de Defensa, la Juventud Cauriense, El 27 y La Geta, más la vaca de La Rana donada por la Asociación de Hosteleros del Rollo y las cafeterías Burbujas y Toskano.
El día 23 tiene lugar el traslado de los bueyes desde el campo hasta la ciudad y el encierro de los mansos cuya finalidad es que los astados aprenden el recorrido que tendrán que realizar cada día en varias ocasiones. La víspera de San Juan sirve así también para abrir boca con la suelta al mediodía de la vaca de La Rana.
Siete días, once encierros
La madrugada arranca cada noche a las 03,30 horas. La organización avisa por megafonía de la salida del encierro, suena el chupinazo y sale la manada de los corrales ubicados en la Avenida de Sierra de Gata. En una rápida carrera de 555 metros el astado y los bueyes desembocan en la plaza de España para dar comienzo a la lidia durante 30 minutos.
Las cuatro portonas de la plaza permanecen cerradas esa media hora y el toro es el dueño y señor de la arena. Durante ese tiempo, cada diez minutos, la campanera avisa por megafonía: a los diez minutos suena la primera campanada, a los veinte minutos suena la segunda y cuando se ha cumplido la media hora de lidia, suena la tercera campanada y se abren las cuatro puertas de la plaza: Santiago, Cárcel Real, cuatro calles y calle del Obispo.
A partir de ese momento, el toro tiene total libertad para recorrer el recinto amurallado de Coria y visitar la Catedral, la plaza de la Cava, la Rúa de los Paños o refugiarse en San Pedro. La lidia del astado en las calles se puede prolongar hasta un máximo de dos horas, dependiendo del juego y la emoción que dé el animal por las calles.
Una vez termina el festejo de la noche y con pocas horas por delante para descansar, Coria despierta y se prepara para un nuevo día en el que de nuevo sus calles olerán a toro. El encierro matinal está programado cada jornada (excepto el día 25 de junio) a las 13,30 horas. El toro es soltado con los bueyes y guiado a los toriles de la plaza de toros donde permanecerá hasta la lidia de la tarde. El 25 de junio, día de la peña Junta de Defensa, el encierro se adelante una hora ya que la mítica peña sanjuanera suelta ese día dos astados: uno que se lidiará por la tarde, como manda la tradición, y un segundo animal que se lidia en horario matutino tras la finalización del encierro de las 12,30 horas.
Las peñas, claves en los ‘sanjuanes’ de Coria
La función de las peñas es fundamental en una fiesta como los ‘sanjuanes’ que son la seña de identidad de la ciudad. Pero no sólo las tradicionales peñas que aportan astados a la programación taurina, sino todas y cada una de las agrupaciones que se reparten por los rincones de Coria y que tienen sus puertas abiertas para servir al forastero y hacerle partícipe de la fiesta.
La emoción que se vive durante las noches sanjuaneras se repite cada tarde a partir de las 20,00 horas con el mismo ritual y procedimiento que en la madrugada. El abanderado suelta su toro fetiche la tarde del 24 de junio, el día del patrón; la Junta de Defensa y su animal protagonizan la tarde del 25 de junio; el día 26 son las nuevas generaciones de la Juventud Cauriense las que ceden su astado a la fiesta; la siguiente peña protagonista de las tardes de San Juan será ‘El 27’ y por último, la peña La Geta suelta el último toro el día 28 hasta el año siguiente. La fiesta de los caurienses está abierta a paisanos y visitantes, a forasteros y a extranjeros, porque Coria es San Juan, y viceversa.
Sanjuanes de Coria, en el Valle del Alagón del norte de Extremadura, del 23 al 29 de junio.
Fotografías cortesía de Fotocauria, Karpint y Miguel Chaparro
Publicado en junio de 2015
Run or watch, but live, the bull stampede of Coria
Publicado: junio 2015