La Cueva de Boquique es ese mágico lugar que acumula tanta historia y está indisolublemente unido a la Leyenda para la memoria colectiva de Plasencia. La figura histórica de Boquique se transmuta, envuelta por la idea romántica del bandolero, duro con el poderoso y blando con el débil, hasta llegar a dar cuerpo a una leyenda popular, transmitida generación tras generación. Según ésta, la Cueva de Boquique era el refugio del famoso bandolero y allí fue hecho prisionero tras ser traicionado por uno de los suyos.
Pero Boquique existió y vivió en Plasencia. Era el alias de Mariano Ceferino del Pozo, oficial del Ejército Realista del siglo XIX y experto guerrillero. Se enfrentó al ejército de Napoleón, luchó por las causas de Fernando VII y de Carlos María Isidro de Borbón (Carlismo). Fue detenido, en la cueva donde se refugiaba con su cuadrilla, una noche de marzo de 1834, y fusilado. Con su captura se desmontó la conspiración carlista de 1833 en Plasencia, de la que fue cabecilla junto con Alonso Muñoz, alias La Tumba, y donde tuvo destacada participación el propio obispo, Cipriano Varela.
El yacimiento arqueológico de la Cueva de Boquique
La Cueva de Boquique es además un importante yacimiento arqueológico, habitado entre el Neolítico final al Calcolítico o incluso a la Edad del Hierro. Fue descubierto y dado a conocer por Vicente Paredes a finales del siglo XIX y posteriormente excavado por Martín Almagro Gorbea en la década de los setenta del siglo XX. La cueva da nombre a una tipología de cerámica – Cerámica de Boquique o de punto y raya- que se encuentra desde el Neolítico hasta la Edad del Hierro en diversos yacimientos de la Meseta.
El enclave posee un enorme valor cultural e histórico, pese a lo cual no parece estar suficientemente estimado y protegido. Si lo visitas, sé respetuoso, disfruta del bello paisaje que te ofrece su enclave estratégico y piensa que estás en una especie de puerta mágica hacia el pasado, capaz de transportarte en el tiempo.
Publicado el 15 de abril de 2015