La mayoría de los pueblos del Valle del Alagón pueden presumir de contar con una ermita dedicada al patrón de su localidad y donde se suele celebrar la tradicional romería campestre una vez al año. Ermitas: lugares de peregrinaje y oración que datan en muchos casos de siglos pasados y que en otros son construcciones modernas que han venido a satisfacer una demanda espiritual y ciudadana. Pero hay un caso llamativo y singular. La localidad de Montehermoso cuenta en su término municipal con siete ermitas, a las que hay que sumarle la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Monumentos religiosos que gozan de muy buena salud gracias a los proyectos de restauración que se han ido acometiendo en los últimos 20 años.
La imagen de la patrona del municipio, la Virgen de Valdefuentes, también tiene solera. La leyenda cuenta que unos montehermoseños encontraron en el S XIII la talla de madera de la patrona escondida en el hueco de una encina. A ella, a Valdefuentes, se le dedicó una ermita construida entre los siglos XV y XVIII, ubicada en las vegas del río, a seis kilómetros del casco urbano.
En el siglo XVIII se terminaron la mayoría de las ermitas de la población: la de San Sebastián (restaurada en el año 2002), la de San Antonio (restaurada en 1998), la de El Cristo de los Remedios (restaurada en 1995) y la de San Bartolomé y San Blas (restaurada en 2006). Mención especial requiere la ermita de San Cristóbal, un pequeño edificio levantado en 1990 en la carretera que une los pueblos de Montehermoso y Aceituna y que acoge la imagen del santo. Fuera del municipio, al igual que sucede con la ermita de Valdefuentes, se encuentra la capilla de La Atalaya, dedicada a Santiago Apóstol. Un edificio que en determinado momento de la historia tuvo funciones de vigilancia, más que religiosas, al encontrarse ubicado en lo alto de una cima estratégica. Incluso, se sabe que el Rey Alfonso IX se instaló en 1229 en este castillo de La Atalaya. Hoy en día, la capilla está ubicada en el interior de una finca privada.
Recorrer el término municipal de Montehermoso y hacer parada en sus ermitas nos lleva a tiempos pasados. Una devoción y religiosidad descafeinada a día de hoy pero que aún mantiene su parte más pagana: la fiesta y el jolgorio. El mes de septiembre arranca con la resaca de los San Bartolos pero con una nueva celebración para honrar a la patrona y dedicar del 6 al 8 de septiembre a la fiesta de la Virgen de Valdefuentes. Son dos de las citas festivas más importantes del año, a la que es necesario sumar la de San Blas (cada 3 de febrero). Un santo muy querido en la población que comparte morada con San Bartolomé. El paseo por los monumentos religiosos del pueblo invita además a hacer deporte, por ello el Club de Atletismo local celebra desde hace dos años el Trail Running Las Ermitas. A pie o en bicicleta, un sugerente itinerario para despedir el verano.