
Los Empalaos han hecho famosa a Valverde de la Vera. Son hombres que llevan literalmente la cruz de Jesús sobre sus hombros atada con sogas de esparto al tronco y los brazos, también en cruz, y con una corona metálica de pinchos sobre la cabeza para vivir su particular Vía Crucis. Salen varios cada Jueves Santo a las doce de la noche, y cada uno desde un lugar secreto, para recorrer las calles descalzos, vestidos solo con unas enaguas blancas desde la cintura y un velo, y al ritmo del único sonido que se escucha en todo Valverde, el que hacen las vilortas del arado que cuelgan del madero en forma de cruz y de donde se adivinan, cada vez que alguno se arrodilla, dos espadas cruzadas detrás de la espalda. Algo que hacen, y es uno de los momentos más buscados por los visitantes, cada vez que se cruzan dos empalaos en señal de respeto.
Es un rito sobrecogedor que mezcla la religión con el misterio y que se remonta al siglo XVI. Ahora Fiesta de Interés Turístico Regional en Extremadura, congrega cada Semana Santa a miles de visitantes fascinados por la penitencia de estos hombres anónimos.
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