Dicen los “canchaleros”, que así se les denomina cariñosamente a los vecinos del pueblo cacereño de Aceituna, que, de unos años a esta parte, quedaron adscritos a la mancomunidad del Valle del Alagón,
pero sus lazos sentimentales y fraternales siempre tuvieron mayor roce con la gente de Tierras de Granadilla, sobre todo con aquellos paisanos de Santibáñez el Bajo, Santacruz de Paniagua y Ahigal. Sea como fuere, el caso es que, dentro de pocos días, estos canchaleros celebrarán por todo lo alto, a su querido patrón, San Sebastián.
Según marca en el programa confeccionado por el Ayuntamiento, las fiestas darán comienzo el día 17 de enero, con la celebración del V Torneo “Tito Antón” de fútbol-sala benjamín, en el pabellón polideportivo municipal. Al siguiente día y a eso del mediodía, el alcalde de la localidad, Josafat Clemente Pérez, hará entrega de toda una serie de becas a los niños cuyas edades están comprendidas entre los 3 y los 6 años, todos ellos escolarizados en la escuela infantil “El Canchal” y empadronados en Aceituna.
Cuando más hiela
La jornada del día 20 se llena de vistosidad y colorido porque es la efemérides del santo. Tiempos de muchos carámbanos y un frío que se cuela hasta los tuétanos. Por ello, antiguamente, en el pasacalles del alborear, cuando hacían retumbar los parches de sus tamboriles aquellos geniales tamborileros que fueron Tío José García Domínguez y Martín Pérez Pérez, se cantaba la vieja copla: “El veinte de enero,/cuando más hiela,/San Sebastián “jinca”/roja bandera”.
Quien toca ahora el tamboril y la flauta es Tío Vicente, que mostrará sus buenas artes en la procesión del santo, cuando echen la bandera y se celebre la misa solemne, a eso de las doce de la mañana. Al caer el día, después de que los canchaleros, que son arriscados para la fiesta, hayan calentado motores y espantado las escarchas, se rematará la jornada con una verbena en la nave municipal, a cargo de la orquesta “Xeladama”.
El último día de las fiestas, 21 de enero, se dedica a San Sebastián “El Chicu”, que viene a ser un festejo donde los protagonistas son los chiquillos, a fin de que mamen la tradición y se sientan orgullosos de su identidad de canchaleros. Por ello, serán los chavales los que echen la bandera en la procesión de esta jornada. Más tarde, todo el pueblo, chicos y grandes, brincarán, bailarán y cantarán por calles y plazuelas, bajo los acordes de la charanga “Selena”, hasta que el cuerpo aguante.
Publicado: 11 enero 2015