Los preparativos están en marcha. Gervasio Martín Gómez, alcalde de Caminomorisco, está inmerso en la tarea de involucrar a comadres y compadres del concejo donde tiene la vara de mando, mientras que la gente de “Estampas Jurdanas” intenta un año más dar vida y colorido a esa organización desorganizada, genuinamente libertaria y perdida en la noche de los tiempos, que es el Carnaval Jurdano.
Finalmente no será el 14 de febrero, coincidiendo con la fecha que los grandes almacenes destinan a celebrar el Día de los Enamorados, erigido hogaño, en el “Sábado Gordu d,Antruejo”, sino el domingo, 15, por cuestiones climatológicas. Ésta será la jornada destinada, en Las Hurdes, a darle la vuelta radical a la tortilla: las locas carnestolendas, singularmente ruralizadas y atiborradas de simbologías y mitos donde el pueblo llano nunca es espectador sino parte activa de lo que hoy solo es pálida sombra de aquel ambiente que se intuye que fue mucho más desinhibido y libertino en los años de Maricastaña.
El dicho que corre por la zona es muy claro y concluyente: “Pol Carnaval tó pasa, y el que no ehté a gúhtu, que se quedi en casa”. Cierto es que, allá por los años 90 del pasado siglo, los antruejos jurdanos agonizaban de manera galopante. Las alquerías o aldeas habían sufrido una enorme merma de su gente moza y muchas tradiciones se estaban yendo al garete. Y en las cabezas de concejo comenzaba a penetrar un carnaval de tipo urbano, sin personalidad, homogeneizado, competitivo, enlatado y uniformado, como mala copia del que se ejecutaba en las ciudades cercanas.
Sería entonces cuando el grupo “Estampas Jurdanas”, recogiendo las semillas carnavaleras más singulares de los distintos valles de Las Hurdes, sacó de las cenizas estas valiosas muestras etnográficas y antropológicas, las dinamizó, proyectó y las hizo rotativas por las diferentes alquerías de la comarca. Al principio, hubo ciertas fuerzas vivas que no vieron con buenos ojos que volviera el carnaval con toda su pujanza. Los complejos y prejuicios, propios de una leyenda negra no desbaratada, carcomían todavía las mentes de ciertas cabezas rectoras de la zona. Pero, luego, la Mancomunidad de Las Hurdes arropó el festejo y el rodar ya fue más fluido.
Riomalo de Abajo
Hogaño, le toca a la alquería de Riomalo de Abajo, dentro del concejo de Caminomorisco. Pero también se piensa hacer extensiva la jornada de antruejos a aquella otra de La Rebollosa, jurdana por los cuatro costados, pero que un político de cortos vuelos y mayor miopía desgajó de su matriz a finales del siglo XIX, adscribiéndola administrativamente al pueblo salmantino de Herguijuela de la Sierra. La Rebollosa está a escasos tiros de honda de Riomalo y sus habitantes siempre han mantenido el orgullo de ser jurdanos de arriba abajo. Por ello, habrá pasacalles matinal por tal aldea, con degustación de aguardiente y dulces tradicionales.
Luego, en Riomalo de Abajo transcurrirá el resto de la jornada. Por sus calles y rincones, aparecerán y desaparecerán las “corróbrah” integradas por paisanos “antruejáuh”, “encarantoñáuh”, “enramajáuh” y “enzamarráuh”. De Martilandrán bajará la “Vaca Pinta”, el “Burru Antruejo” y la “Tía Rechonchona” y sus parteras. Las “Comádrih de Nuñumorá” lanzarán sus coplas al compás de sus zambombas. Llegará de El Cabezo “La Osa” y su acompañamiento. De Caminomorisco, arribarán otras comadres con mojigangas mil, haciéndoles grandes carantoñas a ese pelele llamado “El Morcillo”, que gasta enormes atributos sexuales. Y los vecinos todos de Riomalo de Abajo sacarán a relucir otras indumentos y otros arcaicos rituales. Todo ello bajo los sones de los tamborileros y los zarandeos de los cencerros. Pero de ello y de otras enjundiosas “furriónah” daremos pormenorizada cuenta en crónicas sucesivas.
Programa de actividades del Carnaval Jurdano 2015
Publicado: 8 enero 2015