Comencemos por los orígenes; desde siempre todas las personas han tenido acceso a distintos lugares y recovecos a los que solo estas sabían llegar. Pero de repente llegó el gran enemigo de los lugares secretos… la fotografía. Esta comenzó a tornarse tan importante que prevalecía sobre todo, incluso sobre estos pequeños lugares secretos.
Así es como comenzó a aparecer la fotografía de diferentes espacios a los que cada vez más y más personas podían llegar, nuevos espacios explorados. Así apareció la Urban Exploration Photo (UrbEx Photo) o exploración urbana con la siguiente definición: “Se trata de la exploración y toma de fotografías de zonas alejadas de los núcleos urbanos, zonas industriales, o abandonadas”.
Y de este modo es como llegamos a nuestro pequeño espacio, un edificio del pasado. Nos encontramos ante el conjunto de espacios y habitaciones probablemente más fotografiado de la historia extremeña, el lugar desaparecido que más aparece en las fotografías. Ese lugar del pasado que devolvimos al presente con nuestras cámaras.
Llegamos a la Estación de Tren de Monfragüe, conocida comúnmente como Plasencia-Empalme o Palazuelo-Empalme. Esta se componía de un gran número de casas donde vivían las personas que en ellas trabajaban. Pero de un tiempo a esta parte se decidió quitarle importancia a esta estación de tren, por lo que sus edificios quedaron abandonados a su suerte, sin nadie que se preocupase por ellos, sin nadie que los cuidase y conservase ese patrimonio de la España industrial que allí se encontraba. Si que es cierto que el poblado ferroviario de Monfragüe está catalogado como Bien de Interés Cultural desde 2004 en la categoría de sitios históricos; este fue el último intento de recuperar su historia.
Hoy en día este lugar se está perdiendo, poco a poco son ruinas lo que van quedando, lugares deshabitados que no se pretenden volver a habitar. Por suerte existe aún ese sector fotográfico, amantes de lo pasado y del ayer, que se dignan a ir de vez en cuando a retratar lo que fueron restos del pasado. Así que desde sentidos del territorio rural os recomendamos ir, y recuperar ese espacio al menos en la mirada, un sitio merecedor de muchas cosas, y que somos nosotros quien se las debemos dar.
Publicado: 3 de noviembre de 2014