Caminando por la calle Talavera de Plasencia desde la plaza, vemos a mano izquierda una coqueta tienda de calzado, con su escaparate de listones de madera y su pequeña puerta que te invita a entrar y a sentirte como en casa. No en vano es así, allí, justo al lado de unos hermosos mostradores de madera donde se han exhibido miles de zapatos y zapatillas, hay un par de sillas que recuerdan inmediatamente la vida familiar, “son de casa de la abuela”, nos comenta Emi, una de las dos hermanas encargadas de atender esta tienda de tradición familiar que tiene casi 100 años y, con orgullo, nos remite al nombre de la zapatería: Calzados 1918.
María José, Emi y María son nietas de Casimiro Alcón, fundador de esta tienda, donde vendía “calzados, alpargatas y espartos” y su nombre era referencia inmediata de buen hacer, de buenos productos y, con el tiempo, se convirtió en una referencia para toda la comarca. “Cuando estaban aquí nuestro abuelo y luego nuestro padre, los martes a mediodía no se cerraba la tienda” porque Plasencia era el centro de actividad económica de todos los pueblos de alrededor y un poco más allá, gracias a su reconocido y antiquísimo mercado. Los mercaderes, sus familias y los vecinos de la zona venían a Plasencia a comprar todo lo necesario. En esta tienda no solo adquirían los zapatos para trabajar en el campo, “este tipo de bota –nos muestra María una bota fuerte de suela gruesa– llegaba a la tienda en cajas y cajas…” sino también las zapatillas y los zapatos para los niños… y los cordeles… y los espartos. Por eso, actualmente, no es raro encontrar clientes que vienen con sus hijos y comentan “aquí venía yo con mi madre cuando era chico”. Hubo también años para ser marchante, y así lo hizo José Alcón Manchón, hijo de Casimiro, quien recorría los pueblos con sus maletas vendiendo la mercancía en tiempos de carretas, caminos y carencias.
Hoy en día, en Calzados 1918, las nietas de Casimiro Alcón se especializan en zapatería tradicional, calzado infantil, zapatillas y zapatos con un ancho especial. La zapatería es un local con altos muebles de madera, que ha pasado por dos remodelaciones, una en 1963 y otra en 2005. “Antes, en la tienda estaban almacenadas todas las cajas de zapatos y los clientes pedían en mostrador, por ejemplo, qué hay en zapatos negros, y nosotros buscábamos los distintos modelos entre las cajas”. Ahora en la tienda se exhiben los distintos modelos, mientras que en los almacenes, que se extienden por los otros tres pisos de la casa, se buscan los zapatos que el cliente pide.
Calidad en la mercancía y buen trato son las características principales de Calzados 1918. Vemos zapatos fabricados con la mejor calidad, buenas pieles, excelentes suelas, tejidos modernos en un ambiente cargado de tradición, con las maderas, el hermoso y antiguo bastonero, el reloj que marcaba las horas en casa de los abuelos y los guiños a un pasado reciente, aún hay cordeles a la venta “guita y pita, respectivamente”, que son una referencia constante a una tradición que pronto cumplirá 100 años y que sigue siendo un oasis en nuestros agitados días.
Publicado: noviembre 2014