Llega el otoño y el ambiente, aún cálido, recibe por fin el agua que necesita, cuando esto ocurre todo indica que empieza la temporada de setas, aunque no hay manera de prever una buena temporada, todo queda en la naturaleza.
Las enormes áreas verdes del Norte de Extremadura, sus bosques de pino, de castaños, de encinas, de alcornoques, sus montañas y ríos proporcionan la base ideal para el desarrollo de una gran variedad de setas en la región. La costumbre de salir al campo en busca de ellas se ha ido extendiendo, sin embargo, esta actividad entraña un peligro porque hay que ser un experto conocedor de las setas para saber diferenciar, por ejemplo, un parasol (Macrolepiota Procera) de una seta muy parecida, el parasol pardo rojizo, que también crece en nuestros campos. Los expertos recomiendan no recoger ninguna seta sin la compañía de un verdadero conocedor de estas, porque hasta los expertos en ocasiones se han equivocado. La opción de recoger setas con la cámara fotográfica es cada vez más recomendable, se disfruta del paseo, se aprende de la naturaleza, de sus frutos, se descubren rincones y plantas. Y podemos. además, convertirnos en expertos sin correr ningún riesgo.
Debido a la afición cada vez son más activas las asociaciones micológicas, existe una en Plasencia y otra en Cáceres, que realizan actividades en torno a las setas, al campo y a los paseos al aire libre. Unirse a estos grupos también puede acercarnos al interesante mundo de las setas.
Por otra parte, en Extremadura están establecidas también algunas empresas dedicadas a la distribución de estos cuerpos fructíferos, estas venden en el exterior, en Italia por ejemplo, así como en el País Vasco, Cataluña o La Rioja cantidades de setas que han sido recolectadas en Extremadura.
Enrique Iglesias, experto en estos esporocarpos, comenta algunos detalles de la recogida de setas, ahora que se acerca la temporada. Afirma que en Extremadura algunas personas viven de su recolección y para otras son ingresos extras que se agradecen en tiempos de dificultad económica. Hace hincapié en la necesidad de la divulgación sobre la adecuada utilización de nuestros campos. Es importante explicar que deben utilizarse cestas para la recogida de setas, para así incentivar la propagación de las esporas, cosa que no ocurre si se recogen y se colocan en bolsas, además hay que escoger especímenes que hayan alcanzado su madurez reproductora, pero sin que lleguen a ser viejos, a estos últimos hay que dejarlos cumplir su ciclo completo. Son muchas y variadas las setas que nacen en nuestros campos: boletus, níscalos, parasoles, huevos de rey. El níscalo es la más consumida en España, pero en Extremadura lo es el boletus, con el que se preparan deliciosos platos.
En las grandes extensiones de bosques extremeños, el enorme castañar de Hervás, el más grande de Europa, por ejemplo, se recogen los rebozuelos y otra gran variedad de setas. Del norte de Extremadura las zonas con mayor tradición setera son el Valle del Jerte y La Vera, Sierra de Gata, sin embargo, no se caracteriza por la cantidad sino por la variedad de sus setas.
Llega el otoño, tiempo de setas, el campo nos espera, así que no dejemos en casa las ganas de disfrutarlo.
Publicado: octubre 2014