
Todos los martes y viernes, en Plasencia, se pueden comprar auténticos productos de huerta en los mercados callejeros que se celebran desde años ha en la plaza Mayor y en la Puerta del Sol respectivamente, aunque la ubicación de éste último es más reciente. Los puestos que regentan los hortelanos se distinguen porque ofrecen menos mercancía y sus frutas y verduras no suelen tener un aspecto uniforme como los de producción industrial. Igual se encuentra uno tomates nada redonditos como los del supermercado de turno y a precios mayores, pero es el precio que hay que pagar por saborear tomates de cosecha propia, y muchas veces de simientes antiquísimas pasadas de generación en generación, que, cuando uno los prueba, repite. Otra singularidad es que suelen ser personas mayores las que están al frente de estos puestos y siguen utilizando la tradicional romana para pesar los productos. La máxima culminación de estos mercados tradicionales es el Martes Mayor, que se celebra en agosto en agradecimiento a los vendedores que llegan semanalmente a Plasencia procedentes de las comarcas del Norte de Extremadura. Los martes de mercado, que se desarrollan durante toda la mañana, son dignos de visitar mezclándose con la gente y se puede observar también otra particularidad porque la plaza Mayor es ese día el lugar de encuentro de los ganaderos que sellan con un apretón de manos sus compra-ventas. El propio Sorolla inmortalizó los martes de mercado en el cuadro que recibió además el nombre de El mercado perteneciente a la colección Hispanic Society.