Un tema bastante común en los libros infantiles es el del niño, el pececillo, el lobezno o el lechón que se extravían, se enfrentan a algún inesperado peligro o, sencillamente, se asustan de la oscuridad cuando llega el momento de dormir y pasan un mal rato hasta que su madre o su padre acuden presurosos al rescate. Resulta cuanto menos curioso que la literatura tenga que recordarle de forma tan insistente a nuestros niños que nosotros, sus padres, estamos ahí para protegerlos, como si no bastase con nuestra mera presencia tutelar y hubiese que contárselo una y otra vez para que se lo crean. Da que pensar. Me preocupa creer que a lo peor no lo estamos haciendo demasiado bien. En cualquier caso, este no es el sitio para preocupaciones paternas, sino para hablar de libros, y hoy toca hablar de uno, La canción del oso, de Benjamin Chaud, que responde, más o menos, al tópico antes enunciado, y digo más o menos porque el osezno que protagoniza la historia y que escapa del bosque en busca de miel no parece tener mucho miedo y el que, página tras página, aparece verdaderamente asustado es su padre, el señor oso, que persigue sin descanso a su hijo hasta el mismísimo corazón de la ópera de París.
La canción del oso encierra, como poco, tres libros en uno. En primer lugar, un cuento sencillo, bien contado, con poco texto, que se puede leer de un tirón con los más pequeños antes de apagar la luz. En segundo lugar, un libro del género ¿Dónde está Wally?, pues en cada página uno siente, como el señor oso, la angustiosa necesidad de encontrar, en los camerinos, la azotea o el patio de butacas, al pequeño fugitivo. Y, en tercer lugar, lo que los alemanes llaman Wimmelbücher, libros para observar, para descubrir, pues cada dibujo, además de ilustrar la entrañable peripecia de la familia oso, está abarrotada de detalles y personajes divertidos, de pequeñas historias secundarias que podemos jugar a inventar juntos. Y todo ello por doce euros, un precio más que razonable teniendo en cuenta lo que suele costar este tipo de álbumes ilustrados. Yo se lo compré a mis sobrinos el día del libro y están encantados. ¿Tienes que hacer algún regalo próximamente?
La canción del oso
Benjamin Chaud
Edelvives
12 euros
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