Esa forma de relacionarnos con nuestro medio ambiente y de vivir en sociedad, a la que solemos llamar Cultura, mantiene en Plasencia, a diferencia de otros núcleos urbanos, hondas raíces rurales que por suerte se manifiestan muy vivas en el tiempo y,pese a vivir inmersos en la Era de la Tecnología, no han dejado de impregnar la vida urbana de diferentes maneras.
La singular relación que se establece entre la ciudad y el territorio permeabiliza las murallas muy especialmente en los días de Mercado; se plasma físicamente en la prismática realidad de su principal espacio urbano: la Plaza Mayor, nacida y creada como espacio para el desarrollo de los mercados.
Hay un día al año donde esa relación cultural se vuelve una Fiesta –el Martes Mayor-, enclave lúdico para revalorizar las múltiples y diversas aportaciones de este mundo rural cercano (su gran riqueza cultural) a la cotidianidad de la vida urbana en Plasencia: sus alimentos, su artesanía, sus pobladores… Un día para destacar el trabajo y buen hacer de generaciones de hombres y mujeres a lo largo del tiempo, como depositarios de tradiciones ancestrales y creadores de una cultura propia con singulares rasgos distintivos que la hacen única.
El Martes Mayor es un día en que vuelven a vestirse las ropas llevadas por los abuelos, ropas de un tiempo ya lejano donde se distinguía de qué pueblo era una persona por su atuendo indumentario; vuelven los enseres de barro vidriado y artísticamente decorado a recuperan su espacio perdido; vuelve el delicado trabajo del orfebre y sus diseños perpetuados desde la más remota antigüedad; vuelve el son popular del tamborilero a llenar las calles, evocando fiestas y romerías de otros tiempos… Un día en que Plasencia rinde tributo y merecido homenaje a la Cultura Rural de lo que fue una Comunidad medieval de tierras y baldíos compartidos.
Publicado: 29 Julio 2014
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