Escribo esta segunda columna con temor. Porque me metí en un jardín el día en que se me ocurrió hacer una loa de la lluvia en verano en Facebook, ese gran patio de vecinos, y me dispongo a meterme en otro ahora mismo porque voy a hacer exactamente lo mismo. ¿Que es usted de los que quieren sol y moscas, que para lluvia y fresquito tenemos el otoño y el invierno? Pues está de enhorabuena porque así es casi todo el verano en el Norte de Extremadura. Pero no tema, que aquí no habrá playa, pero hay más kilómetros de costa interior que en toda España para disfrutar y charcos espectaculares por doquier con fantásticos paisajes. Para refrescarse del calorcito no hay problema, sino más bien al contrario porque la oferta es rica y variada. El lejano oeste, dicen algunos con cierto desdén. Eso sí hasta que lo conocen.
Pero como no solo de paradisíacas gargantas y abundante vegetación vive el hombre, los que agradecemos el frescor también podemos recorrer preciosas rutas que atraviesan bosques bajo cubierta vegetal que no dejan pasar un rayo de sol y se convierten en auténticos oasis cuando calienta el sol. Eso o madrugar para salir a caminar y tomarte después una cerveza con su tapita, célebre combinación por estas tierras porque no lleva sobrecoste y, por tanto, una seña de identidad que conviene explotar.
Cierto es que nunca llueve a gusto de todos, pero ni la lluvia intermitente de estos días de verano puede ser excusa para quedarse haciendo “tumbing” ni las altas temperaturas, más frecuentes por estos lares. El Norte de Extremadura siempre te ofrece un plan b y solo hace falta dejarse llevar. Desde luego en planVE, vuestra guía de ocio, no queremos caer en la monserga de tantos y tantos informativos que hablan del buen tiempo cuando hace sol y lo contrario cuando llueve. ¿ O acaso para los gustos no se hicieron los colores? Nosotros proponemos y vosotros decidís. ¿Te parece?
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