Según mi madre estuve a punto de morir dos veces en el cine, aunque yo no lo recuerdo. La primera fue en el estreno de E.T. la segunda en el de Los Cazafantasmas, ambas por la misma causa: aplastado por la multitud de personas que hacían cola para entrar al cine. Los Cazafantasmas fue un gran éxito. Mezclaba ciencia ficción, romance, dosis de terror, una canción pegadiza, efectos especiales (que hoy nos darían risa o vergüenza ajena) y sobre todo humor. No fue una gran película, pero era muy entretenida, pocos se aburrieron viéndola. Su logo se convirtió en uno de los más reconocidos del mundo y muchos pensamos a partir de entonces que los fantasmas eran verdes y tenían la consistencia de los mocos. Los 80 no fue una época que aprecie excesivamente si hablamos de cine, pero muchas películas marcaron a toda una generación, sobre todo en el extrañamente maravilloso año de los Cazafantasmas: 1984, ya nos ocuparemos otro día de él.
En esta columna hablaremos de cine, películas, rodajes, anécdotas, cortometrajes, curiosidades y todo lo que rodea a este fantástico mundo. Para esta primera he usado la escusa de los Cazafantasmas para hablar de lo distinto que era ir al cine entonces. Para el que no lo conociera sólo necesita unos pocos datos para hacerse una idea: había dos cadenas de televisión que dejaban de emitir por la noche, internet no había llegado a nuestras casas, los ordenadores no sabían lo que significaba la palabra multimedia y el teléfono más avanzado que conocíamos era uno que podías pulsar los números en vez de girar una ruedita. Sí, había video casete pero la mejor manera de ver una película, al igual que hoy, era ir al cine y disfrutar en pantalla grande, en la única sala que había. Salir del cine siempre estaba acompañado de un: a mí lo que más me ha gustado fue cuando…
Años después volví a ver los Cazafantasmas en televisión, cuando comenzó no la recordaba, en la primera pausa de publicidad comprendí lo que pasaba: En el cine entré tarde y me perdí la primera escena en la biblioteca porqué había estado a punto de morir aplastado en la puerta.
Película recomendada (para los que quieren visitar Roma mientras ven morir obispos en una intriga religiosa): Ángeles y demonios.
A pesar de ser cuatro, en el cartel sólo aparecen tres. Curiosamente desapareció el de color.