Siempre se oyó aquello de “el que en LahJúrdih quiera prohperal, con cábrah y corménah ha de tratal”. Los ásperos serrejones jurdanos, con grandas manchas de monte bajo fueron más que aptos para que pastorearan numerosos hatos de cabras: la llamada “cabra laneca”, autóctona, y que recibía tal nombre porque era muy peluda en los cuartos traseros; de aquí que las trasquilaran y, con los largos y espesos mechones de pelos (lanas), hicieran los jurdanos recias sogas e incluso al modo de unas capas con capuchón para protegerse de la lluvia, a las que llamaban “ságuh”.
Curiosamente, con el nombre de “sagum”, según testimonios de algunos escritores latinos, se conocían unas capas que gastaban algunos pueblos prerromanos de la Península Ibérica. Antes de la abusiva repoblación forestal con especies alóctonas durante la dictadura franquista, en la que se arrasaron numerosas especies autóctonas de los bosques comunales de Las Hurdes, se contabilizaban varios miles de cabezas de ganado cabrío en dicha comarca natural. Luego, pasó a ser una ganadería residual, extinguiéndose prácticamente la cabra “laneca”, como se extinguió anteriormente una vaca autóctona, la “cachana”, de corta alzada pero muy fuerte y de gran cuerna, muy apta para arar los “rózuh” (zonas quemadas y destinadas a la siembra del centeno) que se practicaban en las empinadas laderas de las montañas.
En las comarcas extremeñas limítrofes con el territorio jurdano, tales como Tierras de Granadilla y el Valle del Alagón, fueron, sin embargo, las pastorías de ganado lanar las que salpicaron el paisaje, al cambiar la geomorfología del terreno, cuyas hojas agropecuarias, con extensos pastizales, propiciaban que la oveja se adaptase perfectamente a ellos. Pues pastores de las tres comarcas citadas serán los que, encuadrados en la Corrobra Folklórica y Etnográfica “Estampas Jurdanas”, recreen la vida pastoril de antaño en el “Festival dos Caminhos da Transumancia” o “Chocalhos”, que se celebrará en la villa lusitana de Alpedrihna, situada a la sombra de Serra Gardunha, dentro del concejo de Fundao. Los días 16 y 17 de septiembre se celebra la décimo sexta edición de este Festival Internacional de la Trashumancia, cuya cabeza visible es Paulo Fernandes, presidente del municipio y Junta de Freguesía de Fundao. Todo un homenaje al “chocalho”, o sea, al cencerro, como símbolo de la tradiciones y costumbres ganaderas de la región portuguesa de Cova da Beira.
Participarán paisanos de los pueblos jurdanos de Los Casares, Casarrubia, La Segur, El Cerezal, Cambrón, La Muela, Horcajo y Azabal, así como de Ahigal y Santibáñez el Bajo (Tierras de Granadilla) y de Aceituna, Montehermoso y Pozuelo de Zarzón (Valle del Alagón). Diferentes “corróbrah” (cuadrillas) de hombres y mujeres, revestidos con las indumentarias de los antiguos pastores, coordinados por Félix Barroso Gutiérrez, investigador de la Cultura Tradicional-Popular, se volcarán en toda una colorista manifestación de gran calado antropológico y etnográfico. Bailes, danzas rituales, tamborileros, percusionistas de arcaicos instrumentos pastoriles, “rejuíjuhd,entruéjuh” (cuadros carnavalescos), antañones romances y otras coplas de viejo cuño, cuentos, leyendas, mitologías y saberes paremiológicos de los pastores de antaño, entre otras expresiones folklorísticas, mostrarán la cultura ganadera de una vida que ya periclitó, pero de la que es preciso salvaguardar y proyectar sus esencias, como parte de sus raíces, sus identidades y su historia y por el atractivo que puede suponer a la hora del desarrollo de un turismo cultural e integral, tan importante e interesante para aportar valiosos dividendos a esas tres comarcas. Todo un ejemplo a seguir por otras demarcaciones geográficas de la comunidad extremeña.
Este festival se celebrará en la localidad portuguesa de Alpedrinha los días 16 y 17 de septiembre
Publicado el 14 de septiembre de 2017