Search

Plasencia – Madrid – Plasencia

Plasencia. Un amanecer, más bien una madrugada fría prenavideña. Al lado de la entrada del parque Los Pinos, un oscuro y ensombrecido grupo de personas esperan. Todavía no son las siete de la mañana cuando una mayoría de mujeres, sumergidas en la niebla, esperan intranquilas frotándose las manos esperando a que aparezcan los faros de un autobús cuyo interior desean bien caldeado. Son días en los que todos, ellas más que ellos, remueven el bolsillo a la caza de la cartera, que es la bienhechora de las compras propias y familiares.

Una escapada de ocho horas a la capital de España puede producir nerviosismo, ilusión y temblor económico. Silencio en el viaje. El caso es que ese fantástico ómnibus depositará a esas personas en un lugar tan céntrico que haga imposible evitar el comprar cosas -algunas útiles otras innecesarias- todas a muy buen precio, o que eso le parezca al bolsillo.

gran-via-madrid-16

Madrid. La Gran Vía madrileña se abre con amplios carriles peatonales para recibir a los paseantes compradores. Empieza una mañana que humea como el café recién hecho, cuando los viajeros placentinos se lanzan con entusiasmo a visitar las abundantes tiendas que esa calle y sus aledaños les ofrecen. Entre cafés, aperitivos y un alguito de comer, las piernas y la cartera van acusando el cansancio. Mientras, las bolsas empiezan a pesar más de lo previsto agrietándose en el fondo de lo imprevisible. En algún lugar, entre buenos deseos y un beso, se despiden los que no se han visto desde hacía un tiempo. Y hasta otra.

Plasencia. El autobús que los trajo se los lleva. Precisamente porque ya era noche cerrada, el conductor paseó a sus viajeros por las luminosas vías madrileñas rellenas de lamparitas led con coloristas diseños de tapices y arbolitos. Una preciosidad que los viajeros observaron entre la admiración, el cansancio y la somnolencia. Ya de madrugada, uno que participó en esa excursión, pudo apreciar cómo se acercaban las luces de Plasencia. En aquel mágico momento tuve la profunda y agradable sensación de que volvía a casa.

Publicado: 18 de Diciembre de 2016

Texto y foto de Alfonso Trulls para su columna Impresiones de un Foráneo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar

Casa Raúl invita a jamón por su aniversario

Casa Raúl celebra su tercer aniversario con cortador de jamón y compartiendo aperitivo con…

Ruta y cata de vinos al alimón en Plasencia

Senderismo y vinos. Buen maridaje para el sábado, 6 de septiembre, en…

Disfruta la buena música con KlexosLab

El Curso Internacional de Saxofón KlexosLab en Plasencia, se abre al público…

Enverea esconde discos por Plasencia el Día de Extremadura

Al grupo Enverea Folk se le ha ocurrido una original forma de…
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de sus datos para estos propósitos. Ver preferencias | Más información    Más información
Privacidad