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Los charcos imprescindibles donde bañarse en Extremadura

Más allá de las piscinas naturales, hay charcos en el norte de Extremadura donde bañarse es una experiencia fascinante porque no se ve la mano del hombre mires donde mires. Solo la naturaleza y tú. Son los charcos de toda la vida que recogen aguas cristalinas de gargantas, cascadas, pozas y ríos con paisajes de formas hasta caprichosas en medio de una frondosa vegetación y en su mayoría alejados del mundanal ruido.

Lo que les hace tan sugerentes como aptos, solo, para los amantes de la naturaleza en estado puro y acostumbrados a bregar por estos lares de difícil acceso y sin las comodidades propias de las zonas de baño autorizadas. Por lo que exigen también ser más cuidadosos y de lo más respetuosos con la naturaleza, que suele ser, eso sí, lo más común entre quienes se lanzan a subir al Trabuquete, al Recuéncano o al charco de la Máquina en La Vera; a las Majadillas, a la Garganta Bonal o al Calderón en el Valle del Jerte; a las Charcas Verdes o la Tejea en el Ambroz o al Chorritero de Ovejuela en Las Hurdes, entre los imprescindibles del norte de Extremadura.

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Charco del Trabuquete / planVE

El Trabuquete y el charco de la Máquina, charcos de verde esmeralda en La Vera

Carla Márquez
Charco de la Máquina / Carla Márquez

La Vera esconde varios de los charcos más atractivos e imprescindibles que solo se dejan ver por los bañistas dispuestos a darse una buena caminata. Pero el premio es excepcionalmente bello y reconcilia a cualquiera con la naturaleza. En Guijo de Santa Bárbara sale al encuentro el charco de la Máquina de verde esmeralda, tan cuco como el pueblo, y si se sigue hacia la Portilla de Jaranda, a unos cuatro kilómetros de cierta dificultad pero bien señalizados, se alcanza el bellísimo charco del Trabuquete donde una hondonada en la roca te da la bienvenida. Eso sí, conviene ir evitando las horas de más calor y con calzado cómodo y seguro para disfrutar después de un baño idílico.

El Recuéncano, el tobogán gigante de La Vera

Entre Villanueva y Madrigal de la Vera hay un charco que nos saca los niños que llevamos dentro. Es el Recuéncano (en la foto de cabecera, cedida por Antonio Aranda) conocido por su singular tobogán gigante de piedra lisa que ha creado el agua en su camino a la garganta Minchones. Un lugar para los más aventureros no porque el camino sea excesivamente largo, sino porque está salpicado de tramos que hay que salvar con cierta pericia y con ayuda en ocasiones de cuerdas para remontar las piedras. La llegada, la verdad, es inolvidable con la visión apretada de los barrancos y el baño puede resultar casi místico.

Como son charcos salvajes, aconsejable es también llevar siempre agua y si se quiere comer de camino, hay chiringuitos en los alrededores donde incluso puedes encargar carnes cocinadas en hornos de leña tradicionales.

El Chorritero de Ovejuela, un baño mítico en Las Hurdes

planVE
Chorrituero de Ovejuela / planVE

Hay lugares mágicos en Las Hurdes como la senda que conduce en zigzag al Chorritero de Ovejuela, como rezan los carteles, conocido también popularmente como Chorrituelo, donde el verano regala un extraordinario baño en la poza que forma la cascada de 70 metros de altura que lo corona. Si solo contemplarla embelesa, el chapuzón a sus pies es una experiencia inolvidable al alcance de cualquiera porque la reciente adecuación de la ruta la ha hecho de lo más accesible desde esta alquería de Pinofranqueado. Desde luego, imprescindible, aunque en Las Hurdes también hay charcos tan recomendables como el del bonito nombre del charco de las mariposas en La Huetre y como el charco de la serpiente en Casares de Las Hurdes, todo un charco de leyenda y no solo por la que guarda sobre la amistad de un pastor y una serpiente, sino también porque está enclavado entre montañas con un paisaje tan maravilloso que ayuda a relativizar todo en la vida.

Las Charcas Verdes de Hervás, una delicia camino de la Chorrera

Apenas a media hora andando desde Hervás, en la ruta a la famosa cascada de la Chorrera, hay una serie de charcos espectaculares entre rocas de todos los tamaños, formas sinuosas y todo lo lisas que la erosión del agua ha querido. Son las Charcas Verdes, una especie de grandes bañeras naturales excavadas en roca donde al placer de andar por andar entre castaños y robles, se une el de bañarse en aguas transparentes a las que el sol las da una tonalidad de verde esmeralda que las hace únicas. No tienen pérdida siguiendo las indicaciones a la Chorrera y solo la charca inferior es la que presenta más riesgo por lo resbaladizo de la hierba.

La Tejea, el charco romántico del Ambroz

Existe un charco de lo más romántico saliendo de Hervás por la carretera de la Garganta, la Tejea, a donde se llega bordeando el río a la derecha nada más pasar un puente. Solo hay que tener la precaución de tomar el camino de la izquierda, cuando el camino se bifurca, y seguir en paralelo a la carretera hasta cruzar por debajo de otro puente de piedra y las vías del tren. El romanticismo se lo da la abundante vegetación y la intimidad que esconde este lugar, además, en sombra.

Garganta de los Infiernos.com
Las Majadillas / Garganta de los Infiernos.com

Los Pilones más escondidos del Jerte

Si enamoran a cualquiera los espectaculares Pilones, la piscina natural más famosa de Extremadura y al nivel de las mejores de España por las pozas gigantes que la erosión del agua ha creado en las rocas de granito, aguas arriba de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos hay charcos paradisíacos y exclusivos porque se hallan en zonas de uso restringido. Como las Majadillas, donde es conveniente dejarse llevar por guías profesionales para darse un chapuzón en el mismísimo edén.

Charcos nudistas en el Valle del Jerte

Hay charcos tan íntimos en Extremadura, que hay quien los frecuenta como vinieron al mundo si bien nudistas declarados hay dos. El charco del Árbol en la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, realmente el más conocido, y el que el Ayuntamiento de Navaconcejo tiene controlado a la derecha de donde comienza la subida a las Nogaleas, donde por cierto, es un regalo de la naturaleza refrescarse en alguna de las cascadas que salen al encuentro en esta magnífica ruta.

La Garganta Bonal más escondida

Ismael M.
Ismael M.

 

 

En Valdastillas, la Garganta Bonal ofrece una de las piscinas naturales del Valle del Jerte más coqueta a donde se llega por una pista asfaltada siguiendo las indicaciones de la Cascada del Caozo, pero también aguas arriba atesora un charco en estado salvaje que es un lugar de ensueño con aguas cristalinas y un salto de agua paradisíaco a donde no se tarda mucho más en llegar  que a la piscina, pero sí que hay que hacerlo prácticamente de piedra en piedra.  Es recóndito, pero tan querido por los lugareños, que es habitual ver a bañistas como estos jóvenes lanzándose a estas fresquitas y limpias aguas del Valle del Jerte.

El idílico Calderón de Piornal

En el charco del Calderón de Piornal reina la paz, una pequeña poza, pero idílica rodeada de naturaleza en estado puro y aguas puras que bajan a Piornal. Por lo que es muy apreciado por los lugareños y los ruidosos no son bien recibidos. Darse un remojón y dejarse secar sobre las rocas es todo un placer para los sentidos a mano solo de los amantes de la naturaleza que se decidan a buscar un charco hasta el que se llega caminando por el Camino Real o por la carretera CC 17 entre los kilómetros nueve y diez tomando un desvío en la curva cerrada donde hay un cartel indicativo.

El Tomate, un charco relajante a la sombra

El charco del Tomate es uno de los más apreciados por los vecinos del Valle del Jerte y apto solo para los que buscan naturaleza, relax y sombra aunque haya que bajar por un angosto camino al que se accede por una urbanización fantasma pasando Cabezuela del Valle en dirección a Jerte. Allí se encuentran carteles de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos y hay que ir a mano izquierda por calles urbanizadas, pero sin casas hacia la ladera del río para dejar el coche. Hay tres bajadas, una que lleva al Tomate, donde apenas entra el sol, y dos más hacia la Galiciana y la Barraca, aguas abajo y aún más ocultas.

Reportaje patrocinado por AEEFOR , la Asociación Extremeña de Empresas Forestales y de Medio Ambiente

Aeefor
Aeefor
6 comentarios
  1. Por favor un mínimo de rigor en publicaciones como esta.
    Llamar sierra de gata a madrigal de la vera, o garganta de los infiernos a las nogaledas…es digno de ser borrado.
    Esto mas q informar, pierde a los viajeros.

    1. David, no entendemos su comentario porque en la información a la que usted se refiere desde luego ni llamamos Sierra de Gata a Madrigal de la Vera ni Garganta de los Infiernos a las Nogaledas, obviamente.

  2. Esisten zonas de baños en los parajes de nuestras comarca(norte de nuestra rejión)que son dignos de ser reservados para sus baños, para turismo nudista.
    Los ayuntamientos de las diferentes localidades extremeñas,del norte de extremadura,deverian contemplar esta opción enunciando para este fin,mediante carteles apropiados el derecho a poder bañarse en sus aguas a las personas que lo deseen, como Dios les trajo al mundo.
    Creo que la practica del nudismo, en determinados entornos son una forma de sentir la vida,o sensacion de libertad.

  3. Todo el norte de Extremadura es idilico y hay mucha agua!! que Extremadura no es seca como se piensa el resto de España. Extremadura es verde.,De Caceres hacia abajo si es un poco mas seca pero el norte de Extremadura es paradisiaco . Precioso. Es muy recomendable y necesario ver los parajes Extremeños. Me encanta ser Extremeña!!!!

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